Artista católico japonés: Estoy aquí por mis antepasados asesinados por odio a la fe

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, 22 Nov. 19 (ACI Prensa).-
Un artista católico en Nagasaki (Japón), descendiente de un samurai convertido al catolicismo, espera que la visita del Papa Francisco a su país pueda hacer visible que en “el extremo este de Asia”, muchas personas mantuvieron una fe inquebrantable y murieron como mártires. 

Mitsuho Nakata, es un artista del distrito de Urakami en Nagasaki, ciudad donde detonó la segunda bomba nuclear, es bisnieto de un samurai que cortó lazos con su señor feudal para seguir su fe católica y cuya familia fue asesinada por cuatro samuráis en una emboscada.

“Mis antepasados fueron asesinados en un incidente en la era Meiji. Desde entonces, generación tras generación de mis familiares mantuvieron la fe que finalmente me enseñaron”, señaló Nakata en una entrevista a Associated Press (AP). “Siento que tengo transmitir esta fe preciosa a mis hijos y luego a sus hijos”, agregó.

A finales del siglo XVI, miles de católicos en Japón se vieron obligados a renunciar a su fe bajo pena de muerte, debido a una ordenanza promulgada por Hideyoshi Toyotomi, quien por miedo a la conversión de muchos señores feudales al catolicismo, expulsó a los misioneros del país.

Sin embargo, una minoría católica se ocultó para conservar la fe durante la persecución. “Estoy tan orgulloso e impresionado por su devoción y su fuerte fe, porque abandonaron todo lo que tenían”, resaltó Nakata. 

Aunque, considera que todavía está siguiendo sus pasos, el artista japonés se encuentra agradecido con sus antecesores por haber mantenido su fe. “Creo que estoy aquí por estos antepasados”, señaló.

Muchos cristianos “ocultos” fueron torturados, arrojados a aguas termales hirviendo hasta morir por quemaduras, o eran cortados por las espadas samurai. Nakata, quien reza mientras hace sus estatuas, espera que su trabajo pueda ayudar a superar el pasado y mantener la paz. 

“En esta visita papal, espero que el mundo sepa que aquí en Nagasaki, en el extremo este de Asia, hubo muchos que mantuvieron una fe inquebrantable y murieron como mártires”, comentó.

Cristianismo en Japón

El inicio del cristianismo en Japón se remonta a 1549 cuando San Francisco Javier, uno de los primeros miembros de la Compañía de Jesús (jesuitas), llegó al sur de la isla.

Con el paso de los años, Nagasaki se convirtió en el centro de una gran expansión católica, con más de 250 mil japoneses conversos, según estimaciones, hasta el gobierno del militar Toyotomi, quien temiendo que el cristianismo diera pie a una dominación occidental en Japón, prohibió los misioneros a inicios del siglo XVII.

Los católicos sufrieron una férrea persecución, teniendo que esconderse para poder profesar su fe, conociéndolos como cristianos “escondidos”.

Muchos japoneses que se convirtieron al catolicismo decidieron mantenerse fieles a Jesús, sufriendo el martirio a causa de su fe, como es el caso de los 26 mártires de Nagasaki y de Justo Takayama, quién sería conocido como el “Samurai de Cristo”.

Takayama nació en 1552, su padre converso al catolicismo lo bautizó con el nombre de Justo. Ellos eran daimio, miembros de la clase gobernante de los señores feudales, por lo que tenían poder político y social, el cual usaban para apoyar a los misioneros en su labor de evangelización.

Cuando Toyotomi inicia la persecución contra los cristianos, Takayama y su padre optaron por abandonar sus tierras y sus honores para no luchar contra los católicos y mantener la fe.

Takayama fue al exilio liderando a un grupo de 300 católicos japoneses que partieron a las Filipinas. 

Llegaron en diciembre de ese año y se establecieron en Manila, la capital del país, donde falleció a causa de los maltratos que había sufrido durante la persecución.